Terry Gilliam (Minnesota, 1940) pasea descalzo por su suite y recuerda las tres ocasiones anteriores que estuvo en San Sebastián. «La primera vez llovía y ETA puso una bomba; la segunda estuve con Johnny Depp en casa de Julian Schnabel; y la última vez los periodistas se cabrearon conmigo porque no entendieron 'Tideland'. Luce el sol y mañana -por hoy- voy al Guggenheim y a comer pimientos. ¡Todo perfecto!». El único miembro americano de los Monty Python presenta 'El imaginario del doctor Parnassus', una deslumbrante fantasía que estuvo a punto de irse al traste al fallecer su estrella, Heath Ledger, a causa de una sobredosis a mitad de rodaje.
Sus amigos Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell le sustituyeron y salvaron una vez más la cabeza de Gilliam, que desde la magna 'Brazil' ha luchado contra los estudios y el mal fario para que no le coarten su torrencial imaginación. El director anuncia que retomará su legendaria versión del 'Quijote' siete años después de interrumpir su rodaje en localizaciones navarras. «He reescrito el guión y es mucho mejor». Además, los Python vuelven a reunirse el 15 de octubre en Nueva York para celebrar su 40 aniversario.
Sus amigos Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell le sustituyeron y salvaron una vez más la cabeza de Gilliam, que desde la magna 'Brazil' ha luchado contra los estudios y el mal fario para que no le coarten su torrencial imaginación. El director anuncia que retomará su legendaria versión del 'Quijote' siete años después de interrumpir su rodaje en localizaciones navarras. «He reescrito el guión y es mucho mejor». Además, los Python vuelven a reunirse el 15 de octubre en Nueva York para celebrar su 40 aniversario.
-¿Cómo afectó la muerte de Ledger a la película?
-Pensé en tirar la toalla. Menos mal que estoy rodeado de personas que no me escuchan, como mi hija productora, y decidimos seguir. Cuando la estrella se te muere a mitad de rodaje, adiós película. Pensaba que los que ponen el dinero se echarían atrás. Menos mal que aparecieron Johnny, Colin y Jude. Recibieron el resto del salario que Heath no había cobrado. Y se lo dieron a su hija.
-Debió ser duro.
-Seguimos por Heath, él nunca dejó el plató. Teníamos la responsabilidad de hacerlo por él. Durante el montaje le veía en la pantalla y le hablaba. Esta película es un testamento del amor que generaba. Para mí, es como si hubiera vivido seis meses más. Aunque fuese tan joven tenía el espíritu de un anciano sabio. Yo creo que murió con 200 años.
-¿Ha llegado a pensar que es un director con mala suerte?
-No. He hecho muy pocas películas, cierto, pero por eso mismo he hecho pocas malas, ja, ja. Aunque luzca como una producción de 80 millones de dólares, 'El imaginario del doctor Parnassus' ha costado 25 millones, una cifra que en Hollywood no les gusta porque ellos sólo hacen películas de 200 millones. Al final es una coproducción entre Reino Unido y Canadá con dinero de Alemania, Italia, España, Japón...
-Y eso que tenía a Heath Ledger.
-Ni con esas, no se daban cuenta de que en el verano de 2008 iba a estrenarse 'El caballero oscuro' y se convertiría en una superestrella. Anoche lo hablaba con John Cusack, que presenta '2012'. Él ha estado en muchas películas de éxito, pero contratarle tampoco asegura la financiación.
-¿No hay imaginación en Hollywood?
-¡Sólo en Pixar, son unos genios! El resto sólo quieren superproducciones, derroches de tecnología y efectos digitales, que son carísimos. La ecuación es simple: a más dinero, menos imaginación. En Hollywood te juzgan según lo que haya recaudado tu última película. Aunque allí tengo amigos como Tim Burton y los Coen, me siento cercano a ellos.
-Pero su película tiene carísimos efectos digitales.
-Hoy puedes hacer cualquier cosa con ellos, y eso es un problema. Se busca apabullar al público durante dos horas a base de explosiones. Es como el 3-D, que creen que salvará al cine pero sólo emocionará un ratito. Hollywood no pretende estimular la imaginación, porque entonces las personas no aceptarían el mundo que se les ofrece.
-Usted siempre nos ha mostrado el reverso tenebroso de los cuentos de hadas.
-Claro. Los cuentos enseñan a los niños que la vida es maravillosa pero al mismo tiempo da mucho miedo. Sus protagonistas corren peligros y, al final, salen vivos. Es una forma de prepararles para la vida, no puedes quitar lo tenebroso. Mira, vivo en una de las mejores zonas de Londres. Y mi hijo de 12 años le dio por no salir de casa porque creía que estaba llena de ladrones y asesinos. La imaginación le sirvió para no aceptar el punto de vista de los medios de comunicación y de Hollywood. Por eso yo no hago películas violentas que alimentan las pesadillas. Las cintas 'gore' las hacen otros y ganan pasta.
-¿Cuánto les han pagado para volver a reunir a los Monty Python?
-Esos viejos miserables... ¡Nada! Nos dan un premio BAFTA honorario y promocionamos un documental sobre el grupo. No tengo ni idea de qué vamos a hacer. Ahora nos caemos bien y nos aburrimos, era mejor cuando trabajábamos juntos y nos tirábamos los trastos a la cabeza. Bastante tendremos con que no se nos caiga la baba y nos quedemos dormidos.
* Noticia y entrevista extraída de El Correo Digital
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