jueves, 8 de abril de 2010

Alice in Wonderland críticas


Por Jordi Costa (Fotogramas.com)
En Dreamchild (1985), de Gavin Millar, película injustamente olvidada con guión de un Dennis Potter en absoluto estado de gracia, una octogenaria Alice Liddell viajaba a Nueva York para asistir a una celebración del centenario de Lewis Carroll. Su trayecto se veía puntuado por turbias recreaciones de esa fantasía que ella misma inspiró: su mirada adulta, intoxicada por los prejuicios de su entorno inmediato, transformaba el País de las Maravillas en territorio pesadillesco… hasta que la Alicia crepuscular entendía que, en el origen, no hubo sino un generoso, purísimo y nada perverso acto de amor. Tres años después, el checo Jan Svankmajer planteaba su lectura de la obra de Carroll, descifrando la aventura subterránea de Alicia como ritual subjetivo de una infancia polimorfa y perversa, capaz de reciclar iconos de muerte en compañeros de juegos. Tim Burton no ha sido, pues, el primero en descender al universo carrolliano en clave oscura, pero quizá sí sea quien lo ha hecho parapetado tras una coartada menos sólida.
El cineasta (que, en el primer tramo de su carrera, se había forjado una poética propia antes de dominar sus herramientas expresivas) lleva tiempo siendo un mero aplicador de su superficial barniz a toda mitología susceptible de ser sancionada como rara o excéntrica. Su Alicia es una película virtuosa, poseedora de una imaginería hipnótica con toques (al igual que Avatar) de visión de psilobicina (aunque en clave bajona), pero resulta inevitable preguntarse qué sustenta el sesgo inquietante y crepuscular de su relectura: Burton envuelve con atmósfera enrarecida y textura tenebrosa una odisea de autoafirmación femenina, que acaba situándose más cerca de una derivación, controladamente enfermiza, de la franquicia de las Princesas Disney que de una anomalía incómoda como fue Oz, un mundo fantástico (1985), de Walter Murch. Burton ha aprendido a dominar su caligrafía extraña, para dejar claro que ya no tiene demasiado que contar.
Crítica personal
Me encanta. Y no tendría que decirlo porque se supone que aún no la he podido ver, pero lo digo porque es la verdad. La película es una muestra más de la genialidad que posee Burton para crear mundos diferentes, mundos que nadie más puede llegar incluso a imaginar. Además aporta algo nuevo a la historia, no es una más de las muchísimas versiones que se han hecho del clásico de Carrol. Esta película lleva el sello Burton y además le da un giro argumental a la loca historia que escribió Carrol siglos atrás.
En mi opinión? Una obra maestra

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